Santo Domingo. En los actuales momentos en que se busca un tratamiento para la pandemia de COVID-19 surgen dos medicamentos que pueden ayudar a nuestros pacientes, la Cloroquina y la Hidroxicloroquina, ambos usados inicialmente para el tratamiento de la Malaria y posteriormente en el campo de la Reumatología y Dermatología.
Estos medicamentos se emplean en diversos padecimientos por sus efectos inmunomoduladores, anti-inflamatorios e inmunosupresores. Se empezaron a usar en enfermedades auto-inmunes en el 1894, hoy tienen una amplia gama de enfermedades en las que su uso es rutinario e incluso hay estudios de su uso en algunos cánceres.
Sin embargo, a pesar de ser empleados diariamente por las manos expertas de los reumatólogos, algunos dermatólogos e internistas, como todo medicamento deben de estar supervisados y vigilados muy estrechamente.
Ambos se emplean en enfermedades auto-inmunes y se consideran ahorradores de esteroides, esto es, permiten reducir las dosis de esteroides sistémicos (prednisona, prednisolona, etc) y por ende, disminuir los efectos adversos de estos últimos.
La primera de estas enfermedades es el Lupus Eritematoso, sobre todo las formas cutáneas así como la Artritis Reumatoide, y otras enfermedades del tejido conectivo como Dermatomiositis, Esclerodermia, síndrome Antifosfolípidos, síndrome de Sjogren, Artritis Juvenil Idiopática.
En dermatología se emplea en morfea, granuloma anular, urticaria, dermatitis atópica, liquen plano, alopecia frontal fibrosante, mucinosis folicular, fasceitis eosinofílica, enfermedad granulomatosa crónica, pseudolinfoma cutáneo, enfermedad injerto-huesped, entre otros.
El uso de la Cloroquina y la Hidroxicloroquina en países con afección por Malaria, en casos no complicados, ha resultado ser efectiva y sin complicaciones. Pero, siempre en manos expertas.
Las dosis se recomiendan calcular por peso, igual o menor de 5 mg/kg para la Hidroxicloroquina y 2.5 mg/kg para la Cloroquina , ya que en la malaria son dosis mayores.
Los efectos indeseables están presentes, sobre todo a grandes dosis y a largo plazo, por ello, todo paciente que va a iniciar el tratamiento debe de realizarse un examen oftalmológico que incluya fondo de ojo, ya que ambas sustancias pueden producir daño irreversible a la Retina, efecto éste mucho más marcado con la Cloroquina y que puede llevar, si no se retira, a la ceguera total.
Los efectos cardiovasculares, que incluyen arritmias, alteraciones del electrocardiograma, prolongación del segmento QT son también mayores con la Cloroquina, con la Hidroxicloroquina se puede ver también cardiomiopatía, por lo que el paciente precisa de evaluación previa y durante el tratamiento por un cardiólogo durante el uso de cualquiera de las mismas.
Es importante destacar que en pacientes que tienen trastornos de una enzima llamada Glucosa 6 fosfato Deshidrogenasa también se recomienda determinar antes y durante el tratamiento con la Hidroxicloroquina, ya que pueden aparecer problemas de anemia severa, hemólisis, caída de los glóbulos blancos. Es menos frecuente con la Cloroquina.
Pueden también afectar el sistema nervioso y hasta producir síntomas psiquiátricos, entre ellos cuentan dolor de cabeza, mareo, trastornos del movimiento, así como irritabilidad, insomnio, hasta psicosis, mayormente visto con la Hidroxicloroquina.
Asimismo, dolor muscular, debilidad, fatiga, calambres así como pérdida del apetito, dolor abdominal, diarrea, vértigo, tinnitus. Un punto importante con la Hidroxicloroquina es que en algunos individuos puede producir una caída súbita de los niveles de glicemia en pacientes tomando hipoglucemiantes orales.
En piel y mucosas tenemos diversas manifestaciones, una de ellas son los cambios pigmentarios o del color, picazón, caída del pelo, encanecimiento, reacciones ampollares que pueden ser severas en algunos individuos, síndrome de DRESS, verdadera emergencia, fotosensibilidad, y en algunos individuos expuestos por largo tiempo a la Cloroquina se ha visto el desarrollo de psoriasis.
En el embarazo se ha podido usar la Hidroxicloroquina sin aparentes problemas, no así la Cloroquina, ya que algunos estudios han demostrado daño de la retina al feto. Muchos estudios en lupus en embarazadas han demostrado que el uso de Hidroxicloroquina evita futuras complicaciones cardiovasculares al bebé. Se utilizan también en niños, pero con mayores medidas de supervisión, así como en menores dosis.
Todo esto está en relación a las dosis y el tiempo de empleo, por lo que su administración se considera de uso delicado y no debe de venderse sin receta actualizada y siempre emitida por un médico certificado.
Las contraindicaciones son hipersensibilidad o “alergia” al medicamento y maculopatía.
Sin embargo, en buenas manos son medicamentos de muchas virtudes. Están incluidos en los protocolos de COVID-19, para ser usados exclusivamente en los casos confirmados del virus bajo estricta supervisión médica y no se emplean para prevenir la infección. (Martha Miniño, médico patólogo-dermatólogo).
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