Hasta ahora, y hasta donde se sabe, solo seis dominicanos han visto el Zemí de Algodón, en Turin, Italia: Bernardo Vega, José Rafael Lantigua, José Mármol,  Soraya Mármol, Miguelina de Lantigua y ahora recién Tony Raful,  embajador en Italia, desde que esta pieza llego a Italia en desde 1903. Probablemente también lo hay visto la eximia poeta Soledad Álvarez, pero el dato no está confirmado. Fuera de ellos, nadie más, de origen dominicano, se ha instalado  frente a una pieza tan extraordinaria como única del arte nativo de los taino: un zemí  o escultura ceremonial, realizado con material textil vegetal: algodón.

En esa fecha, refiere Bernardo Vega, el más insistente investigador del paradero de la pieza cuando no se sabía dónde estaba,  informó que fue llevada a Génova por uno de los hijos del matrimonio Cambiaso, desde donde siguió otros rumbos en fechas no precisadas.

Se ha establecido que en 1928 fue donado al Museo de Antigüedades de Turín por el letrado genovés Cesare Buscaglia.

Desde entonces, los italianos han conservado la pieza que finalmente paso a jurisdicción de la Universidad de Turín, la cual lo entrego a su Museo de Antropología y Etnografía, en donde ha sido cuidada hasta el día de hoy y que ha llegado a ser, el logo del Museo, circunstancia gracias a la cual no se perdió o deterioró.

El proceso de vuela al pis, indica Tony Raful a Testigo, va a implicar un proceso cuidadoso de intercambio y relación bilateral respetuosa, del país con las autoridades patrimoniales y universitarias de Italia.

Refiere Raful que lo primero es desmontar la idea de hacer exigencias inoportunas, o de enviar comisiones enardecidas a Italia a hacer reclamos por vías que no son las adecuadas. Y con todo y ello, hoy día, no hay seguridad de que retorne.

La vuelta dependerá del manejo de los gestores culturales nacionales y de la receptividad por parte de la custodia italiana de la pieza. Lo que si es claro es que presente es el momento en que se dan las mejores condiciones para lograr un acercamiento adecuado con las autoridades universitarias de Turín, a fin de que se agoten los pasos y que la pieza vuelva a país, primero para una exhibición temporal con la garantía de que se respetaran los términos en que se hará la muestra, y finalmente tratar de acordar la devolución, lo que puede implicar un manejo de uno o dos años, al menos.

Otra condición que favorece el buen clima en  torno al tema es la actitud de positiva gestión cultural del actual embajador italiano, Andrea Canepari, quien tiene una clara conciencia de la trascendencia de las relaciones de su país con el de República Dominicana y que acaba de presentar el mejor libro de arte e historia que plasma la presencia italiana en la historia nacional.

Se trata del libro El legado italiano en República Dominicana. Historia, Arquitectura, Economía y Sociedad, (con ediciones italiana y española, Umberto Allemandi, 2021, y la norteamericana, St. Joseph’s University Press, 2021),  una joya bibliográfica que aún se  olorosa de tinta y que constituye la mejor carta de presentación de la incidencia de Italia en la vida, la historia (La armada dominicana fue fundada por el oficial italiano Juan Bautista Cambiaso, política, la cultura, la arquitectura  (el Palacio Nacional fue diseñado y construido por  Guido D’Alessandro) con planos que fueron elaborados por este profesional en 1939 e iniciada su construcción el 27 de febrero de 1944, con motivo del centenario de la proclamación de la independencia.

Cepari es un intelectual y gestor cultural que ha sabido acercarse a los círculos artísticos y de escritores del país, junto a los cuales ha desarrollado diversas jornadas culturales. Es el tipo de diplomático susceptible de entender la trascendencia de una donación de su país de la magnitud que implica esta pieza.

El proceso para traer al país el Zemi de Algodón, desde Italia, será lento y, sostiene el embajador dominicano Tony Raful Tejada,  se busca sea bien manejado y debe iniciar con la colaboración cultural dominicana, aportando el país piezas taínas, a título de préstamo, para la exposición que hará la Universidad de Turín  en la cual el centro de la atención es el Zemi  y que se abre  en octubre de este  2021 para permanecer abierta hasta  abril 2022, informó el  embajador dominicano en Italia.

La pieza, centro de todo

El Zemí es una excepcional pieza taína de 75 centímetros de altura, que conserva un cráneo cubierto por un tejido de algodón que protege además el resto de la réplica de la estructura humana. Era el símbolo del Museo de Antropología y Etnografía de la Universidad de Turín.

Los italianos se han esmerado en conservar en las condiciones de temperatura y ambiente adecuado. A los técnicos museográficos italianos de Turín se les debe un reconocimiento. Siempre ha estado protegido. La pieza tiene un valor excepcional y  un patrimonio cultural del país no conocido  cara a cara por  historiadores, antropólogos, etnógrafos y estudiosos del proceso de vida indigenista. Solo se conoce por fotos y radiografías etnográficas.

En Italia, desde hace años, la persona que más ha activado para que el Zemí de Algodón regrese a República Dominicana, es el catedrático universitario  Danilo Manera, director de la Cátedra de Estudios Dominicanos «Marcio Veloz Maggiolo» de la Universidad de Milán.

Los contactos actuales

En el encuentro en torno al Zemi de algodón, participaron  el embajador Tony Raful Tejada; el Rector Prof. Stefano Geuna; la profesora Cecilia Pennacini, Directora del Museo Universitario de Antropología y Etnografía; el profesor Gianluca Cuniberti, Vicerrector de Investigación de la Universidad de Turín; el profesor  Guido Curto, Director del Museo del Palacio de la Venaria; el profesor Danilo Manera, Director de la Cátedra de Estudios Dominicanos en Italia Marcio Veloz Maggiolo; y la Ministra Consejera de la embajada dominicana en Italia Johanne Peña. Dicho encuentro se realizó en el prestigioso Museo del Palacio de La Venaria, en las afueras de la ciudad de Turín.

Raful Tejada fue recibido por las autoridades universitarias en un contexto de gran cordialidad y distinción hacia su persona, en calidad de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario, y máximo representante en Italia de la República Dominicana. Es el primer paso en firme, se espera,   en el proceso de reintegración de esa pieza a la República Dominicana.