Elpais.es. Mary Tyler Moore (Nueva York, 1936) representa una televisión que ya no existe, un mito difícilmente repetible. La actriz, toda una leyenda de la pequeña pantalla, no solo fue una de las primeras mujeres en protagonizar una comedia con su nombre en La chica de la tele (The Mary Tyler Moore Show, 1970-1977) sino que se convirtió en referente de las actrices cómicas que vinieron después: de Tina Fey a Ellen Degeneres. La actriz, nominada al Oscar en 1980 por Gente corriente de Robert Redford, ha muerto este miércoles en el hospital de Connecticut tras sufrir complicaciones derivadas de su diabetes, enfermedad de la que en vida se convirtió en portavoz.
Tyler Moore comenzó su carrera como bailarina y con pequeños papeles en televisión, pero lo que le dio su primer reconocimiento fue su rol de esposa del protagonista (con 24 años era 11 menor que su compañero) en la sitcom clásica The Dick Van Dyke Show (1961-1966), en la que apareció en 158 episodios. Sus tres nombres le valieron para que el productor se acordara de su pizpireta imagen cuando la eligieron. Laurie Petrie le dio el primero de sus seis Emmys (de 14 nominaciones) y uno de sus tres Globos de Oro. «Sé que esto no pasará más», dijo en su primer discurso.
La fama de la serie autobiográfica de Carl Reiner, la última íntegramente en blanco y negro, le sirvió para graduarse al color en su propio show, The Mary Tyler Moore Show, donde James L. Brooks (otro gran pionero) la convirtió en Mary Richards, una joven soltera y moderna trabajando en una cadena de televisión. La joven estaba hecha para ella. La chica de la tele no solo se extendió durante siete temporadas, sino que fue responsable de tres spin-offs, Phyllis con Cloris Leachman (1975-1976), Rhoda con Valerie Harper (1974-1978) y sobre todo Lou Grant (1977-1982), un drama derivado de la comedia alrededor del personaje cascarrabias de Ed Asner.
Precisamente con este antiguo equipo de mujeres se despidió en su último papel, como invitada de la serie de Hot in Cleveland, en 2013. En un episodio especial volvieron a cruzar su camino Tyler Moore, Betty White (que tuvo en La chica de la tele su gran papel antes de Las chicas de oro), Harper (que había sido diagnosticada entonces con cáncer de pulmón) y Georgia Hengel.
Tyler Moore, que pasó su vida intercalando su carrera en pantalla con Broadway, hizo casi todo en televisión, desde interpretar a Mary Todd Lincoln en una miniserie sobre el presidente estadounidenses a protagonizar numerosos especiales de variedades donde daba muestra de sus dotes para el baile y la canción. Ninguna otra serie le dio, sin embargo, el reconocimiento de aquellas comedias pioneras de la pequeña pantalla, aunque se dejó ver en Aquellos maravillosos 70, Mujeres de Manhattan, The Ellen Degeneres show o Frasier. Entre sus películas se encuentran Millie, una chica moderna (George Roy Hill, 1967), Qué hermosa es la vida (George Seaton, 1968) y Don’t Just Stand There! Hizo incluso de pareja de Elvis en Cambio de Hábito (William A. Graham, 1969).